El Partido de la Revolución Democrática (PRD) presume en su página web a siete gobernadores. Una pestaña amarilla dice: “Así gobierna el PRD”. Los curriculums de Arturo Núñez Jiménez, de Tabasco; Graco Ramírez Garrido, de Morelos; Ángel Aguirre Rivero, de Guerrero; Miguel Ángel Mancera Espinosa, Jefe de Gobierno del Distrito Federal; Rafael Moreno Valle, de Puebla; Mario López Valdez (Malova), de Sinaloa, y Gabino Cué Monteagudo, de Oaxaca, aparecen inmediatamente después de ingresar al apartado. Muchas cosas los asemejan. Por ejemplo, su pasado priista y su actual cercanía con el partido gobernante o con el gobierno de Enrique Peña Nieto...
[slideshow_deploy id='1086397'] Ciudad de México, 14 de agosto (SinEmbargo).– En junio de 2009, el entonces dirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Ortega Martínez, llamó "traidor" al ex candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador –entonces militante de esa fuerza política– porque el tabasqueño pidió votar por el candidato del Partido del Trabajo (PT), Rafael Acosta Ángeles, quien se postulaba para Delegado de Iztapalapa. AMLO quería que Clara Brugada Molina llegara, y llegó.El coordinador de Nueva Izquierda (NI) en esa época, Miguel Barbosa Huerta, habló incluso de la posibilidad de abrir un proceso al interior del partido para sancionar a Obrador, por considerar una falta a los principios estatutarios la sugerencia pública que hizo a sus seguidores. No fue sólo Barbosa, varios líderes de las distintas corrientes internas estuvieron en jaque y discutieron la viabilidad de una sanción en contra de Andrés Manuel.
Cinco años después, otro tabasqueño, Arturo Núñez Jiménez, Gobernador de Tabasco, hizo lo que ningún otro durante la última recta de la discusión de la Reforma Energética: llamó a votar a favor de las leyes secundarias a los diputados y senadores de su entidad, con lo que contravino la decisión de la dirigencia encabezada por Jesús Zambrano Grijalva, y de los líderes de bancada en la Cámara de Diputados, Silvano Aureoles Conejo, y en el Senado de la República, Miguel Barbosa, de que todos votarían en contra como una forma de oponerse claramente al proyecto que respaldaron los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN).
Núñez lo logró. Con el argumento de que gracias a la Reforma Energética llegarán al estado de Tabasco mil millones de pesos adicionales anuales, seis legisladores votaron a favor de la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos y la Ley del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo. Fueron en contra de las bancadas perredistas y contribuyeron a la “aplanadora” de los panistas y priistas en el Congreso de la Unión.
Pero a diferencia de lo que sucedió cinco años atrás, en el caso de Núñez sólo hubo silencio por parte de la dirigencia del PRD durante toda la semana que siguió a la votación.
“Es algo singular lo que sucede en el perredismo, porque según sus estatutos cuando un militante actúa en contra del partido, o lo que dicta el partido, se le puede hasta expulsar. Cuando un Gobernador secunda posiciones contrarias a las que asume el partido, se le puede llamar a cuentas, pero en este caso, no lo hacen”, dijo Héctor Quintanar, especialista de la Facultad Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Según el capítulo II del Título Décimo Segundo del Estatuto del Partido de la Revolución Democrática (reformado en el XIV Congreso Nacional celebrado en Oaxtepec, Morelos, en noviembre de 2013), un militante puede ser sancionado si comete algunas faltas entre ellas: incumplir las disposiciones emanadas del estatuto, reglamentos y acuerdos tomados por los órganos del partido; por atentar contra los principios, el programa, la organización o los lineamientos emanados de los órganos de dirección del partido y por ingresar a otro partido político o ser postulado como candidato por otra fuerza política, salvo en el caso de las coaliciones o alianzas previstas en el estatuto.
De cometerse alguna falta, como en caso de Núñez –dice Quintanar–, el PRD podría suspenderle incluso sus derechos partidarios, cancelarle la membresía, inhabilitarlo para participar en los órganos de dirección y representación del partido o para ser registrado como candidato a puestos de elección popular, suspenderle el derecho a votar y ser votado, entre otras amonestaciones que se detallan en el estatuto de la fuerza política.
Sin embargo, para Arturo Núñez a diferencia de López Obrador, no hubo ninguna queja por parte de los líderes de las distintas corrientes internas o “tribus” y cuando llegó el momento de contestar, Zambrano Grijalva afirmó que lo “entendía”.
“De ninguna manera puedo celebrar que eso se haya dado, pero entiendo las razones del Gobernador por las que hizo este llamado, que fue secundado por cinco diputados y un Senador. Entiendo las razones. Punto”, dijo Zambrano.
Para Quintanar la actitud del presidente nacional y de los liderazgos del PRD hablan de una “doble moral”.
“Cuando López Obrador llamó a votar por el PT, el PRD quería sancionarlo, ¿cómo hay esa doble moral? Por qué cuando un Gobernador secunda posiciones contrarias en algo como la Reforma Energética, dicen que lo entienden. Es un juego esquizofrénico que ni ellos comprenden”, dijo.
Cinco años después de aquel intento de sanción en contra del militante López Obrador, no sólo Núñez le dio la espalda al Sol Azteca, también lo hizo el resto de los gobernadores de izquierda, quienes sin excepción, violentaron en el tema de la Reforma Energética la decisión del partido que los postuló. Ninguno se reveló. Todos fueron consecuentes, respaldaron y acompañaron al Presiente de la República Enrique Peña Nieto en la promulgación de las leyes secundarias de una reforma, que según el dirigente perredista Zambrano Grijalva, se trata de un despojo para todos los mexicanos.
CONSECUENTES DEL PRI
A la misma hora que Jesús Zambrano anunciaba un relanzamiento de la campaña de recolección de firmas para impulsar la consulta popular, como la opción más viable para contrarrestar la reforma constitucional que se realizó en diciembre de 2013 y las leyes secundarias que se aprobaron recientemente, los gobernadores abanderados por el Sol Azteca, acompañaban a Peña Nieto en Palacio Nacional, se tomaban fotografías y declaraban a favor de la Reforma Energética.
Zambrano, en una conferencia de prensa realizada en la sede nacional del PRD, acusó a Peña Nieto de intentar influir en los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para impedir que se realice una consulta popular en 2015 sobre la reforma.
“Sabemos que Peña Nieto empieza a moverse con los ministros de la Suprema Corte para convencerlos de no aceptar la consulta”, indicó.
El dirigente del PRD llamó al Presidente a no interferir en la realización de la consulta en materia energética.
“Si usted está tan seguro, Presidente Peña Nieto de que estas reformas le van a servir al país y que van a ser benéficas para la gente, diga abiertamente que no se opone a que se realice una consulta popular y que la gente decida con un sí o un no el futuro de estas reformas, y veremos de qué tamaño está hecho el Presidente de la República”, dijo.
Pero en el acto protocolario de Peña Nieto estuvieron lado a lado: el Gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, y el de Morelos, Graco Ramírez, como ocurrió el año pasado cuando el Ejecutivo promulgó la reforma constitucional.
En 2013, Graco Ramírez apoyó a las propuestas priistas incondicionalmente, pues dijo en varias ocasiones que la propuesta de Peña Nieto no era privatizadora y que la Reforma Hacendaria era “progresista”.
A pesar de las declaraciones contradictorias a todas luces con la campaña de defensa del petróleo de los perredistas, Jesús Zambrano declaró que Graco no sería expulsado del PRD y que su opinión era válida y respetada, a pesar de que los líderes del partido no la compartieran.
Después de la votación de la Reforma Energética de Peña Nieto, el PRD anunció que dejaría fuera del partido a dos legisladores locales que votaron a favor de la iniciativa, pero Graco Ramírez fue intocable.
En la promulgación de las leyes secundarias de la reforma, también estuvo con Peña Nieto el Gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, quien declaró a los medios las bondades de la reforma recién consumada.
“Después del evento protocolario, el Gobernador Gabino Cué Monteagudo expresó que con la Reforma Energética se abre una nueva etapa en el desarrollo del país, por lo que ahora, el reto para el Estado será fortalecer la rectoría de la nación sobre la explotación de los productos y fuentes de energía convencionales y alternativas, garantizar la propiedad y autonomía de Pemex [Petróleos Mexicanos] y CFE [Comisión Federal de Electricidad], los derechos laborales de los trabajadores del sector energético, pero sobre todo que la renta petrolera sirva para impulsar el desarrollo integral de México y el desarrollo equilibrado de sus regiones”, publicó el diario Tiempo de Oaxaca.
De acuerdo con la publicación, el mandatario destacó el potencial de la entidad para atraer inversiones en el sector.
En el caso del Jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, aunque ha dicho en varias ocasiones que respalda la consulta popular y el lunes no estuvo con Peña Nieto y tampoco con Zambrano Grijalva relanzando la recolección de firmas para contrarrestar la reforma constitucional en las urnas de las elecciones del próximo año.
Rafael Moreno Valle y Mario López Valdez, ambos gobernadores gracias a la coalición PAN–PRD y expriistas que migraron de partido [al PAN] en busca de mejores posiciones, siempre mantuvieron una postura a favor de la iniciativa del Presidente de la República.
El año pasado, el mandatario de Puebla aplaudió la iniciativa que presentó el priista: “Celebro que el Presidente de la República presente una reforma, así como lo hizo el PAN. Espero que haya otras propuestas porque es importante tener la disposición y capacidad de discutir y debatir en los parlamentos cómo será la Cámara de Diputados y Senadores para debatir las distintas visiones e ir construyendo las mayorías y los acuerdos necesarios, partiendo de que se requieren hacer reformas en México para tener la competitividad que permita atraer inversiones y generar mayor riqueza en el país”.
Mientras que López Valdez (Malova), Gobernador de Sinaloa, festejó junto a Peña Nieto la promulgación de las leyes secundarias en materia energética.
“La Reforma Energética deberá traer beneficios en el corto y mediano plazo a los mexicanos, porque está hecha con el propósito de garantizar el fortalecimiento de la economía, la atracción de inversiones y la generación de empleo mejor remunerado", afirmó el Gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez”. “El mandatario sinaloense refirió que los primeros beneficios para el país deberán reflejarse en una reducción de las tarifas eléctricas, en el precio del gas de uso doméstico y en bienes de consumo, dada la reducción en los costos de los combustibles, tal y como ha sido el compromiso establecido en los acuerdos aprobados por el Poder Legislativo durante el prolongado análisis y la discusión de la citada reforma”, publicó el sitio Alternativo.
SIN PERFIL DE IZQUIERDA
La razón que explica el comportamiento de los gobernadores del PRD es simple, de acuerdo con especialistas consultados por SinEmbargo: no poseen un perfil de izquierda y se les relaciona más con el PRI o con la derecha.
Esa es la explicación para Aguirre, Núñez, Moreno Valle, Malova, Gabino Cué, Graco y hasta para Mancera.
“Arturo Núñez ya rompió con López Obrador, ambos se sumaron para ganarle al PRI, pero es evidente que la Reforma Energética traerá como consecuencia el rompimiento entre ellos. La esencia de Núñez es priista, él es abanderado del PRD como una coyuntura de la clase política local de Tabasco a partir de las decisiones tomadas por Roberto Madrazo que dividió a la clase política, pero ahora el Gobernador vio la oportunidad de limar asperezas y se está definiendo hacia el PRI”, dijo Virgilio Bravo Peralta, director del Centro de Negociación, Mediación, Conciliación y Arbitraje (CENCA) del Instituto Internacional de Estudios de Derecho y Jurisprudencia (IIEDJ).
Para Bravo Peralta, otro de los mandatarios que se encuentra en una etapa de definición es Miguel Ángel Mancera, quien no milita en el PRD, a pesar de que llegó al poder gracias al apoyo de ese partido.
“Lo de Núñez que se va hacia el PRI, lo vamos a ver con Macera. Claro que sí. Tarde que temprano irá acercándose más al PRI y alejando del PRD”, opinó.
Enrique Gutiérrez Márquez, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana (UIA), explicó el fenómeno de los gobernadores como parte de un proceso natural de un partido que se desdibujó por sus prácticas.
“Una de las cosas interesantes es que el PRD ha articulado a tantos actores dentro del partido, a tantas figuras ex priistas, que la conciliación entre las visiones cercanas al régimen y las contestatarias al poder, es cada vez más compleja”, explicó.
El académico detalló que el Sol Azteca “perdió la brújula”, por lo que buscó a candidatos para ocupar gubernaturas que no comulgaban con una ideología de izquierda, como en el caso de Mancera Espinosa.
“El caso más representativo es el de Miguel Mancera que surge como un candidato externo. Es un error elegir los candidatos que no vienen del partido, pero en términos pragmáticos es la manera que el PRD encontró para mantener o establecer liderazgo en las entidades federativas. Aquí la pregunta es, ¿cómo se puede negociar cuando ellos tienen una línea de interlocución con el poder Ejecutivo?”, indicó.
Para Gutiérrez Márquez, la posición del partido de ir en contra de la Reforma Energética, forma parte de una negociación que surgió desde el Pacto por México.
Una posición que sólo forma parte de un discurso: “La negativa a aprobar la energética era una acuerdo, porque en la Reforma Fiscal y en la política, fue aprobada por el PRD. Eso le permitió mantenerse discursivamente en contra de la energética, se trata de una estrategia político electoral, plantarse en contra de la energética, pero en otros espacios se le permitió al partido recibir beneficios de esa negociación”.
Héctor Quintanar de la UNAM consideró que los gobernadores abanderados por el PRD, y que el partido presume como sus logros, buscan quedar mejor con el poder presidencial, que con la izquierda.
“Parece que hay una consigna de que si quieres ser candidato presidencial en algún momento, únete a Peña Nieto. Mancera está más preocupado por quedar mejor con Peña, que con sus gobernados, por ejemplo”, dijo.
Quintanar definió a los mandatarios del PRD como parte de una “izquierda pragmática, negociadora y oportunista”.
“No pasa sólo con los gobernadores perredistas de extracción priista como Arturo Núñez, tenemos a Graco que sí tiene una trayectoria de izquierda y, ¿de qué ha servido?”, agregó.